Las causas.
El origen de este ultimo gran intento de los griegos por sacudirse la tutela macedonia se sitúa en el momento en que Alejandro Magno, poco antes de su muerte, hace saber a los estados griegos su decisión de que deberán permitir el regreso de todos los exiliados.
Este comunicado se leyó oficialmente en Olimpia, durante el transcurso de la feria del 324 a.C. (la feria de Olimpia se celebraba al mismo tiempo que los juegos), causando un gran escandalo por la violación(1), flagrante, que suponía de lo "acordado" con Filipo (en uno de los principales artículos fundacionales de la Liga de Corinto, que dejaba claramente establecida la total independencia de las ciudades griegas). El decreto de Alejandro excitaba así las pasiones de unos griegos que, encabezados por los atenienses, comenzaron a prepararse para la guerra, a reclutar un ejército que lanzar contra las escasas fuerzas de que disponía Antípatro, gobernador de Macedonia, en Grecia. Alejandro todavía tuvo tiempo de ordenar la movilización, construcción, de una inmensa flota de 1.000 navíos(2) para doblegar de una vez el orgullo de Grecia. Poco después moría el rey en Babilonia, por desgracia para los griegos la cohesión de imperio se mantendrá todavía lo suficiente, el tiempo justo, hasta reducir a la obediencia a la mayor parte de los estados rebeldes.
El comienzo.
Dos factores vinieron a facilitar el cauce por el que transcurrió el inicio de la revuelta. Por un lado, en Atenas se encontraba, en deposito, el dinero traído por Hárpago, sustraído a Alejandro, y que había comprado un sin numero de voluntades en la ciudad (3). Con este dinero se podría contratar a los mas de diez mil mercenarios que Leóstenes (13) había traído a Grecia, al Ática, escapando de las represalias de Alejandro (4). Leóstenes, por otra parte, no escatimaba esfuerzos en movilizar a sus compatriotas a favor de la guerra, bien con la persuasión, bien comprando sus voluntades. Entre él e Hipérides consiguieron empujar a la ciudad, tras confirmarse la muerte de Alejandro, a declarar la guerra a Macedonia. Los etolios fueron los primeros que respondieron a la llamada de la revuelta, Demóstenes, mientras tanto, exiliado por el anterior gobierno ateniense, emprendía de motu propio un viaje al Peloponeso para buscar entre los griegos aliados a los que unir a la causa (12).
Leóstenes, gran y experimentado general, condujo a las fuerzas atenienses a Beocia, allí, en un primer encuentro, beocios y macedonios fueron rechazados. El avance ateniense les llevo hasta mas alla de las Termópilas, en donde de nuevo se volvió a chocar con las fuerzas de Antípatro, quien, en una clara inferioridad (disponía de 13.000 infantes y 600 jinetes contra los 20.000 y 1.500 respectivamente de Leóstenes), fue derrotado y rechazado hasta la ciudad de Lamia (7), en donde el general macedonio se atrinchero (fue rodeado y cerrado con una empalizada) en espera de los refuerzos que solicito a Leonato y Antígono (11).
Todavía intento entre tanto Antípatro salir por su pie del cerco, solicitando a Leóstenes las condiciones para una tregua o rendición, el ateniense respondió que solo admitiría una rendición, pero incondicional.
viernes, 9 de noviembre de 2007
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